lunes, 18 de abril de 2011

Manifiesto de un Sereno Desquiciado I

Otra vez. Otra vez. Y otra.

Cada día igual. Meras marionetas de esta esperpéntica obra de teatro que es la vida. Marionetas del dinero, del sexo, de las drogas, y.... ¿del amor?¡ja!.



Otra vez.
La joven noche habla, grita y clama fiesta, juerga y sensaciones inolvidables. ¿Será ese el día que nunca olvidarán? ¿Vivirán experiencias únicas?¿Les dará una oportunidad esa idea abstracta tan esquiva que es el amor?



Otra vez. 
Llamadas frenéticas, planes increíbles. Nos pertrechamos como naciones beligerantes buscando conquistar el mundo. Nos embutimos en incómodas prendas, nos perfumamos con fragancias encerradas en frascos de todos las formas y colores, nos motivamos entre amigos con frases de idéntico registro psicológico simplista tales como: ¡Esta noche triunfas! ¡vamos a darlos todo!. Poco a poco nos vamos mentalizando para salir victoriosos en nuestra joven noche.


Y me pregunto: ¿qué es conquistar el mundo? Algo tan simple como triste: liberarnos de la mediocridad en que se hayan inmersas nuestras vidas. Cada acto que ejecutamos en nuestro tiempo libre, cada idea o pensamiento va encaminada hacia esa dirección.


Otra vez. 
La madura noche hace realidad nuestros sueños. Las charlas animadas se superponen a cánticos alegres, todo ello endulzado por el gran elenco de sustancias que esperamos que enmascaren nuestra mediocridad. La música suena animando nuestro espíritu y voluntad ,emitida por pequeños oasis de gente tan o más desesperada que nosotros en escapar de su sino.



Otra vez. 
La vieja noche nos arrebata la amable venda de los ojos. Hieráticas esculturas ornamentadas sin sentido alguno se bambolean erráticas por los oasis. Los más osados intentan atraer de patéticas formas al sexo opuesto. Otros simplemente permanecen impertérritos, como si su liberación sexual pudiese llegar del cielo con sólo mirar. Arpías sin corazón alguno se pavonean contorsionándose como viperinas serpientes. Todo da vueltas, no tienes conciencia.


Esta señores, es nuestra patética forma de eludirnos del mundo.

Noches llenas de fantasmas babosos y de jodidas calientapollas, todo ello aderezado por los mismos putos intereses superficiales en que nos importa una mierda lo que les pase a los demás mientras no nos afecte negativamente a nosotros mismos han inspirado este manifiesto.


Si este manifiesto tiene errores de cualquier tipo, o está escrito en un tono altanero o demás estupideces... perdonadle. porque esto está: FIRMADO POR UN SERENO DESQUICIADO.

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